Bueno, aquí estamos de vuelta con nuevos platos, nuevos restaurantes y nuevas ideas. Ahora no tengo tanto tiempo y esa es la causa de que no haya podido continuar con el blog, pero he vuelto ¡y os espero a todos en la mesa!
Para empezar os contare lo dura que esta siendo la vuelta a la cocina, dura de verdad y ahora lo entenderéis. Este fin de semana hemos intentado hacer un bizcocho un poco a lo loco, sin medir las cantidades, unas galletas y para cenar (aunque no deberíamos cenar pasta) unas espirales gigantes a la carbonara.
En primer lugar para hacer el bizcocho de canela lo que utilizamos fueron cuatro huevos batidos, una buena cucharada de mantequilla derretida
Después añadimos muuucha azúcar blanca y morena, levadura, harina y bastante canela
Finalmente el bizcocho comenzó a inflarse por donde quiso en el horno (que tengo mis dudas de que funcione correctamente) y quedó un enjendro al que no he querido hacer una foto. Eso sí, de sabor estaba medianamente bueno
A la vez hicimos unas galletas, con mucha mantequilla, dos huevos, harina, mucha azúcar moreno y chips de chocolate. Tanta tanta azúcar que...
Entre el horno poco católico
Y el azúcar en cantidades ingentes surgió una piedra resistente a cualquier dentadura. Para mojar en leche, supongo...
Y la joya de la corona, lo único que salió bien fue la pasta gigante, la compramos en el Lidl y estaba realmente buena. Hicimos una salsa carbonara con cebolla, bacon, nata para cocinar y pimienta blanca. ¡Riquísimos!